18 de mayo de 2010

¡A calzarse los botines!


Otra vez llega el Mundial. Sí, ese bendito momento que se repite cíclicamente cada cuatro años. Un período extraño si los hay: Fútbol en las calles, Fútbol en los bares, Fútbol en las casas. En el aire se respira Fútbol. A nadie le importa más nada, no hay otro tema de charla.
Todos nos volvemos fanáticos, tenemos la necesidad de ver partidos, lo que sea. Es como un hambre que no se sacia nunca. Vemos previas, partidos de países ubicados en lugares remotos del mapa, comentarios de uno, críticas del otro, debates.. la oferta nunca se termina.
Y cuando digo que todo se fanatizan, me incluyo. Yo, que no miro un partido por más de 20 minutos de corrido sin cabecear, soy capaz de estar sentada mirando tres o cuatro partidos consecutivos. Es raro, no se puede explicar, es como contagioso. Nos volvemos todos técnicos, especialistas, expertos, jugadores…
Es un estado inexplicable, todos hermanados, gente que canta el himno con la mano en el pecho, banderas que flamean en los balcones..Ah, eso sí, no pretendas pedir nada, no hagas planes..los hombres tiene la agenda completa hasta fin de mes: Si salís con alguna idea rara, corrés el riesgo de ser ignorada.
Y, bueno.. después de todo es cada cuatro años, ¿no?

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